martes, 7 de marzo de 2017

¡Placa! ¡placa!

Arturo Pérez-Reverte define Twitter como una barra de bar
Comparto esta definición. Cuando entras en el bar virtual y te apoyas en su barra puedes escuchar desde el más erudito hasta el mayor gilipollas pasando por tipos capaces de las mejores ocurrencias sobre temas cotidianos.  Yo sigo cuentas de Lleida. Me gusta mantener conversaciones breves, casi siempre frívolas, porque Twitter no es para reflexionar en profundidad. Nunca contesto comentarios de perfiles falsos, nunca, aunque sean agradables. Y siempre intento responder los comentarios de perfiles reales cuando considero que puedo aportar algo divertido o constructivo, sino me callo.  Como en una barra.

Ahora hay en el Twitter local un "debate" sobre las placas del Instituto Nacional de la Vivienda. Aquellas que se colgaban en los edificios de viviendas públicas construidos durante la dictadura. La barra de bar se ha animado con motivo de un comentario de Àngel Ros en una entrevista de televisión donde viene a decir que esas placas, propiedad de particulares –el matiz es importante-, pueden descolgarse siempre que haya un acuerdo de la comunidad. Sigue Ros que los propietarios las pueden descolgar si les da la gana cuando quieran con una escalera y un destornillador. Y que no es necesario que el Ayuntamiento destine recursos públicos para eso. Este criterio, que es como decir que el sol sale cada mañana, ha generado más movida en el sector punki que un concierto de La Polla Records confundiendo –embolica que fa fort- estas placas con las de denominación de las calles que sí son patrimonio municipal y solo La Paeria puede descolgar. ¿Sencillo, verdad? Pero acabo mi copa. Pago y me voy. De lejos sigue sonando La Polla Records…¡Oi Oi Oi!