martes, 11 de septiembre de 2018

Diada 2018 en Lleida

Foto Hermínia Sirvent www.paeria.cat

A la Virgen de Lourdes cada uno va para pedir lo que quiere. Pasa algo parecido con las ausencias al acto institucional de la Diada organizado por el Ayuntamiento en la Seu Vella. Lo han plantado la CUP, Ciutadans, PP y ERC y cada uno de ellos lo ha plantado religiosamente por sus deseos particulares. Por contra han fichado PSC, PDCAT, el COMU y Units per Avançar.  
Tradicionalmente el pregón del 11S en la Seu Vella, en el mediodía, era el acto oficial más caluroso del año. El enclave, el Revetllí de la Mitja Lluna era una auténtica tostadora escondida de la brisa y el viento. La indumentaria de muchos participantes no ayudaba a aliviar el sofoco: chaquetas,  trajes oscuro y en algunos casos corbatas. La duración era peligrosa. Ha habido pregones de 40 minutos que, sumados al discurso del alcalde, suponían cerca de una hora de sol impenitente. Me preocupaba especialmente el coro; todo él vestido de negro cantando al sol ardiente y con foulard negro para abrigarse un poquito. Era un acto en el que -como en todos- había evidentes codazos, pero no para salir en la foto sino para ocupar la sombra de la Photinia, el único árbol que hay por allí. Este año, por fin,  ha sido distinto.   En una decisión brillante de protocolo el pregón se ha trasladado a la Casa de la Volta. Ha sido una bocanada de aire fresco, nunca mejor dicho. Han puesto sillas sin sol para el público. El coro y el pregonero han respirado a la sombra de los muros; me da la impresión que todos ellos andaban más sonrientes que otros años. El Cant de Els Segadors ha sonado fresco, verde, primaveral.  Jaume Barrull ha hecho un pregón realmente bueno, repasando el derecho de autodeterminación y su evolución política en relación a sus contextos históricos, para cerrar invocando dos conceptos clave en la política actual: inteligencia y auto-crítica.  El alcalde ha hecho el discurso de consenso que tiene bien interiorizado y en línea con la concepción socialdemócrata de las ciudades. Las ausencias al acto de esta mañana ilustran el contexto político catalán. El independentismo no se pone de acuerdo adonde ir, y echo en falta que los partidos no secesionistas hagamos piña en torno la Senyera y al catalanismo constitucional en actos como el de hoy.
Por cierto, hacía tiempo que no estaba en la Casa de la Volta, la última vez fue una actuación sensacional de Marc Marzenit, pero això avui no toca.