martes, 5 de agosto de 2014

Pujol. Lecciones de la historia.

El batacazo emocional provocado por el caso Pujol en el sector hooligan convergente ha sido descomunal. Y no es para mí motivo de alegría, pero sí una lección brutal de humildad. Por que, hablemos claro: en Catalunya los ideólogos de Convergencia -Pujol y su escuela- llevaban 23 años alardeando de la superioridad moral y ética que les otorgaba su particular visión de Catalunya. Dividian la sociedad entre aquellos que comulgaban con los valores sagrados del ‘Pujolisme’ y los que no. Unos valores sustentados por tres pilares: La defensa de la lengua, costumbres y cultura catalanas a ultranza; el valor del esfuerzo en el trabajo como distintivo del buen catalán; y, cuidado! el pilar económico, esa obsesión por controlar los impuestos del pueblo catalán, en principio, decían, frente a ese agente extraño y ‘ladrón’ que era Estado español.