…es el título de un duro poema de Neruda –os dejo el enlace-. Narra la trágica
transformación de su barrio de Argüelles (Madrid) consecuencia de la guerra civil.
Pablo describe su barrio como un lugar idílico, pero “una mañana todo estaba ardiendo”
y “las hogueras salían de la tierra”. La
gente de mi generación hemos crecido en libertad regalada. Sin guerras. No sabemos
valorar la cohesión social porque venía de gratis. Pero esa cohesión se trabaja en cada gesto, en
cada tweet y en cada decisión política. Cuando escribo estas palabras tengo la
sensación de que algo se desmonta. Se deshace. Algunos de mis amigos, irreconocibles,
viven el mono tema de un modo que roza la obsesión. No reconozco
personas con las que arrastro una excelente relación de años y hoy me señalan
en las redes sociales como poco menos que responsable de cargas policiales. No conciben que pueda condenar la dureza de la
intervención policial de domingo y seguir en contra del referéndum ilegal. No veía
imágenes tan duras de policía cargando contra manifestantes pacíficos desde el
15M en Plaza Catalunya. Eres cómplice, me dicen, porque o estás allí, o aquí. Todo
según el puto guion de los dos bloques trabajado minuciosamente en los
centros de operaciones de Moncloa y Sant Jaume; dos bandos bien definidos, antesala del
conflicto. Hace cuatro
años, cuando explicaba que podía llegar lo que está pasando estos días saltaba
la respuesta muelle “estrategia de la por”, que esto iba de “somriures” y ahí
se acababa. Pero aquí seguimos, en manos de dos tipos que no se hablan, totalmente desacreditados para velar por la
cohesión social. Al de allí se la trae al pairo lo que pasa en Catalunya, parece que
en su esquema mental se trate ya de un estado independiente y el de
aquí, viéndose incapaz de conseguir sus objetivos en las urnas legales se hace
un referéndum casero a medida, cueste lo que cueste. Miren, sigo pensando que la secesión es un
suicidio político, que la manipulación del Estatuto y los reglamentos
parlamentarios para fabricar referendos prêt-à-porter es una estafa. Y
pienso con la misma fuerza, que no quiero formar parte de la España dibujada
por este PP. Pero, respiremos, por encima de todo quiero vivir en un país cohesionado y si no hay cambio de actores por otros capaces de dialogar el conflicto entre nosotros puede ser irreversible. Y créanme,
no es “estrategia de la por”. Solo lucho para no ver jamás nada parecido al último
verso del poema de Neruda.