Nadie en su sano juicio cuestiona
que la Ley Reguladora de las Haciendas Locales necesita una reforma. El
impuesto sobre bienes inmuebles que allí se regula grava algo tan indeterminado
tras la crisis como al valor de un inmueble. Esa reforma, como ocurre con las
reformas responsables, requiere el acompañamiento de una memoria económica que
ayude, entre otras cosas, a resolver los dramáticos problemas de financiación
que sufrirán los ayuntamientos el día siguiente al ajuste de la tributación al
valor de mercado de las viviendas. Mientras tanto, la idea de bajada
generalizada del IBI de Lleida es muy sugestiva. Se apuntan al carro la
oposición al completo y sobretodo los grandes tenedores de solares y viviendas.
A mí, de entrada no me parece mal, pero sin trampas, porque hay un trámite previo imprescindible: Una
propuesta generalizada de bajada del IBI, para no ser demagogia de la buena,
exige una memoria económica donde se concrete qué recortes conllevará la rebaja.
Ese ‘detalle’ es lo que diferencia a veces un canto regional de una acción política útil a la ciudad. Me explican los veteranos de la política local que, siendo Josep Giné Cap de l’Oposició a La Paeria, CiU presentaba cada año unos presupuestos alternativos. Sí, lo que oyen. CiU ofrecía al Pleno una propuesta propia de gastos con sus correspondientes ingresos. Con Isidre Gavin se perdió esa sana costumbre y entramos en la política del ‘no, porque yo lo valgo’. Tras el oasis Zaballos, parece que Postius recupera esas técnicas “gavinianas” de eslogan sin memoria económica. Una rebaja de, por ejemplo, dos puntos del IBI supone según los técnicos municipales un recorte de un millón de euros al año en políticas municipales. ¿"Sugerente" verdad? ¿De dónde recortamos? ¿Dónde quiere recortar la oposición y qué importe?¿ Deporte? ¿Educación? ¿Seguridad? ¿Vivienda? O…tal vez ¿limpieza? Ese es el debate, y a la política corresponde afrontarlo. ¡Ah! Y aviso a los navegantes del crucero festivo a Ítaca. Aquí no valen discursos mesiánicos para recortar a destajo y envolverse en la estelada. Eso guárdenlo para la Generalitat. En el Ayuntamiento de Lleida se gobierna.
Ese ‘detalle’ es lo que diferencia a veces un canto regional de una acción política útil a la ciudad. Me explican los veteranos de la política local que, siendo Josep Giné Cap de l’Oposició a La Paeria, CiU presentaba cada año unos presupuestos alternativos. Sí, lo que oyen. CiU ofrecía al Pleno una propuesta propia de gastos con sus correspondientes ingresos. Con Isidre Gavin se perdió esa sana costumbre y entramos en la política del ‘no, porque yo lo valgo’. Tras el oasis Zaballos, parece que Postius recupera esas técnicas “gavinianas” de eslogan sin memoria económica. Una rebaja de, por ejemplo, dos puntos del IBI supone según los técnicos municipales un recorte de un millón de euros al año en políticas municipales. ¿"Sugerente" verdad? ¿De dónde recortamos? ¿Dónde quiere recortar la oposición y qué importe?¿ Deporte? ¿Educación? ¿Seguridad? ¿Vivienda? O…tal vez ¿limpieza? Ese es el debate, y a la política corresponde afrontarlo. ¡Ah! Y aviso a los navegantes del crucero festivo a Ítaca. Aquí no valen discursos mesiánicos para recortar a destajo y envolverse en la estelada. Eso guárdenlo para la Generalitat. En el Ayuntamiento de Lleida se gobierna.