viernes, 7 de noviembre de 2014

El 10N

Todos tenemos artículistas de referencia. Los mios son Juan José Lopez Burniol, Joaquim Coll y el profesor Antón Costas. Leo todo lo que escriben y, normalmente, me crean opinión. Cada cual tiene su estilo, Lopez Burniol inyecta una fuerte carga intelectual a sus textos políticos. Quim Coll analiza la política del dia dia con visión histórica, y no ceja en su empeño de hacernos ver como el gobierno catalán, muchas veces, va desnudo mientras la opinión oficialista lo ve con sus mejores galas. Costas es generoso en sus conocimientos y cocina con maestria asuntos complejos para hacerlos digeribles por todo el mundo.

En un post anterior  traje un texto de Lopez Burniol que hacía referencia a un dilema en que se encontraba el PSC. Hoy os traslado un extracto del artículo“La vida después del 9N” publicado por Antón Costas en La Vanguardia a principios de mes. En él Costas concluye las que son, a su parecer, cinco claves a tener en cuenta a partir del 10 de noviembre una vez se haya consumado el llamado, después de sucesivos bautizos, "proceso participativo".

La primera. El respeto al Estado de Derecho es esencial para organizar la convivencia. De acuerdo con este principio, las reglas no pueden romperse según convenga, pero sí pueden cambiarse.


La segunda. Nuestra Constitución también consagra el principio democrático. Este principio impone a los gobiernos el deber de hacer todo lo posible para dar cabida legal a las aspiraciones de cambio de los ciudadanos. El Tribunal Constitucional en una reciente sentencia, dictada por unanimidad, señaló que no hay restricciones constitucionales a la opción independentista. La condición es cambiar las reglas constitucionales que hoy no hacen legal esta consulta.

La tercera. La independencia es posible, pero se han de respetar algunos requisitos. El principal es que exista una mayoría ciudadana clara y persistente. Las elecciones nos irán dando pistas sobre la profundidad y persistencia de este deseo.

La cuarta. En su caso, la votación sobre la opción independentista debe ser la última etapa del proceso, nunca la primera como se ha pretendido estos dos años. Es importante no volver a cometer el error del Estatut del 2008 en el que primero votaron los ciudadanos y después su soberanía se vio rectificada por el Tribunal Constitucional. La negociación previa de un texto y su votación en referéndum es lo que evitará este conflicto constitucional.

La quinta. Una buena negociación requiere ponerse en el lugar del otro para comprender sus motivaciones y argumentos. Hasta ahora no ha sido así. Esta negociación exige diálogo, tiempo y paciencia, como muestran los ejemplos de Canadá y Escocia. Pero lo fundamental es que se ponga en marcha.

Para los polos sociales: el independentismo sectario catalan y el nacionalismo reaccionario español, estas claves son cantos de sirena o pérdidas de tiempo. Pero para esa mayoria depositaria del “seny català” (entre los cuales hay independentistas, por supuesto) y para la socialdemocracia española, la solución pasa, sin duda, por estas cinco claves.