Si puedes mantener en su lugar tu cabeza cuando todos a tu alrededor han perdido la suya y te culpan de ello.
Si puedes seguir creyendo en ti mismo cuando todos dudan de
ti, pero también dejas lugar a sus dudas.
Si puedes esperar y no cansarte de la espera; o si, siendo
engañado, no respondes con engaños, o si, siendo odiado, no te domina el odio. Y
aun así no te las das de bueno ni de sabio.
Si puedes soñar sin que los sueños te dominen.
Si puedes pensar y no hacer de tus pensamientos tu único
objetivo.
Si puedes encontrarte con el Triunfo y el Desastre y tratar
a esos dos impostores de la misma manera.
O ver cómo se destruye todo lo que has creado en tu vida, y
remangarte para reconstruirlo con herramientas desgastadas.
Si puedes apilar todas tus ganancias y arriesgarlas a una
sola jugada; y perder, y empezar de nuevo desde el principio y no decir ni una
palabra sobre tu pérdida.
O caminar junto a reyes, sin menospreciar por ello a la
gente común.
Si ni amigos ni enemigos pueden herirte.
Si todos pueden contar contigo, pero ninguno en exceso.
Si puedes llenar el inexorable minuto con sesenta segundos que valieron la pena recorrer,
Tuya es la Tierra y todo lo que hay en ella,
y lo que es más: serás
un hombre, hijo mío
If - Rudyard Kipling- (1895).