Ayer vi la entrevista que Pablo
Motos hizo a Isabel Ayuso en El Hormiguero. Recomiendo a los asesores en
comunicación política que la revisen. Sobra decir que debería analizarse con mirada
técnica, dejando al margen, si el corazón lo permite, enfoques ideológicos y
partidistas. ¿Qué tiene esa mujer que en mayo de este año se llevó ella solita 65
escaños de 136? Oigan, más que toda la izquierda junta y en unos comicios con un
índice de participación histórico. Ayuso
contaba con los votos gran parte de la derecha convencida; unos votantes a los que les importa
un carajo quien encabeza su lista, votan a la orden y punto. Pero para ser alcaldesa
o presidenta de una comunidad y poder formar gobierno es necesario
que te voten personas que no piensan como tú, y para esta misión Ayuso da unos trucos que, bien leídos, pueden ser útiles para cualquier
candidato o candidata a cualquier cargo electo.
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Lenguaje claro: el discurso político habitual
está poblado de lugares comunes, terminología administrativa y poses
artificiales que a veces distancian a los candidatos de la ciudadanía. Ayuso
habla muy claro. No le acompleja trasladar registros de barra de bar al
parlamento o a una entrevista en prime time. Ese es, a mi juicio, el primer truco.
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Es divertida: el sentido del humor es
imprescindible para hacerte entender y conectar con las personas. Todavía hay
quien piensa que el sentido del humor debilita, frivoliza e incluso inhabilita.
Ayuso ha demostrado que no siempre es así. Es más fácil ser cercano siendo divertido
que siendo un muermo.
- Telegenia: Les parecerá una chorrada, pero las caídas
de ojos (en eso Ayuso es una maestra) la gestión de la sonrisa o el control de la mirada
(aspectos todos ellos que se pueden entrenar) son factores clave para acercarte
a las personas para que confíen en ti, este juego va de eso, de atesorar
confianza.
- Autenticidad y naturalidad: Por mucho que te ataquen desde las cloacas o te intenten ridiculizar no puedes dejar de ser tú misma, insisto, ya sea en el bar tomando cañas, en una reunión ortodoxa o en un parlamento. Díganme ¿a qué política se parece Ayuso? En esa reflexión está la pista.
Todo este rollo que suelto no es más que una impresión técnica. Yo no he votado al PP en mi vida ni está en mis planes votarle porque creo firmemente en modelos socialdemócratas de centro izquierda alejados de los postulados de Ayuso. Ahora bien, del mismo modo que en ESADE se analizan casos de éxito empresarial para ganar dinero con tu empresa, cualquier asesor o miembro de gabinetes de partidos de izquierda, derecha, centro o adentro haría bien en analizar en serio las técnicas comunicativas de Ayuso. Una mujer del PP que definiéndose como “callejera, tabernaria y pandillera” ganó en barrios como el de Salamanca, pero también en Vallecas.