lunes, 9 de septiembre de 2013

La angustia de la alcaldesa.

Supongo que habréis sufrido la olímpica rueda de prensa de Ana Botella en Buenos Aires. Antes de comentarla os recuerdo tres obviedades:

 1.- Es la alcaldesa de la capital de España.
 2.- Es una rueda de prensa de impacto mundial. Los medios y las agencias de comunicación más influyentes del planeta se dieron cita en esa sala.
 3.- Estaba en juego parte de la imagen de Madrid y España. Los que saben de esto dicen que los votos para la sede de los Juegos de 2020 ya están decididos antes del acto. Pero, se gane o se pierda la votación, sigue en juego la imagen internacional de España.

 Pues bien. Gran día. Momento estelar y…pasó esto:

 

 La alcaldesa comete, a mi modesto juicio, tres errores garrafales ante los medios:


- Mentir. El hecho de no ponerse los cascos de la traducción –mensaje en lenguaje no verbal- genera al auditorio la sensación de que la alcaldesa domina el inglés. Lo cierto es que no tiene ni idea.

 -Incoherencia en los datos de la respuesta. La evidente vacilación al saltar del 90% al 80% de infraestructuras acabadas es un error de principiante y, por si fuera poco, el periodista le pregunta por peras y ella arranca con manzanas.

 - El control de su angustia. El gesto de ponerse los cascos de traducción cuando empiezan las preguntas en español seria para echar unas buenas risas si no estuviera en juego la imagen del país.

Podemos discutir si es o no imprescindible dominar el inglés para ser alcalde de una gran ciudad o presidente del gobierno. Yo creo que ayuda bastante. Pasqual Maragall, héroe político de las olimpiadas del 92 domina el inglés a la perfección. Por contra, Barack Obama no habla español, y teniendo en cuenta que se trata de un idioma ampliamente hablado en su país y en todo el continente americano podría ser una limitación importante a su liderazgo, y no parece que lo haya sido. Felipe González no dominaba el inglés, y con él entramos en la UE y en la OTAN, dos ejemplos de alianzas internacionales importantes. Opino que a Ana Botella le hubiera bastado con ponerse los cascos desde el minuto uno de la rueda de prensa. Hubiera sido comprensible. La coartada era que podía someterse a preguntas en inglés, pero también en turco, en japonés o…en catalán, qué sé yo. Te pones los cascos, adoptas “postura de Estado” y al toro. También es imperdonable comparecer con los papeles mojados. La vacilación que decíamos antes. La preparación del discurso es algo sagrado en comunicación política. Es un tema de sentido común y de saber estar a la altura de las circunstancias. .

Es evidente que Madrid no ha caído de los juegos por culpa de esa angustiosa rueda de prensa. Pero en estas competiciones entre ciudades el alcalde hace mucho. En el día a día y durante todo el año. Puedes ganar o perder, pero una buena alcaldesa suma, y una mala alcaldesa ha restado a Madrid. Y no olvidéis que en caso de ganar el alcalde o alcaldesa es el “Jefe del Show”. Confiaríais a Ana Botella la dirección del "Show"?.

Hay tres cualidades mínimas que creo deben converger en cualquier alcalde o alcaldesa:

1.-Cierta experiencia en gestión municipal.

2.- Un apoyo popular y democrático a su persona, no sólo a su partido.

3.- Dotes de comunicación concebida como un diálogo. Entender lo que te transmiten y responder en coherencia.

Nada de esto converge en la alcaldesa Botella, y a los hechos me remito. Por cierto, Wyoming sensacional como siempre.