lunes, 13 de abril de 2015

A mig camí de l'infinit.

El amor mueve el mundo. Un país progresa cuando sus políticos aman la ciencia y el conocimiento sin complejos ni prejuicios, y cuando el poder se apasiona por la justicia social. Una ciudad es justa si sus habitantes se respetan y aman lo común. Las personas somos  felices si nos sentimos queridade verdad por aquellas a las que queremos de verdad. Parece sencillo, pero no lo es. Es una lucha diaria por la felicidad. Hoy lo he apostado todo a esa fuerza que mueve el mundo. He subido los 238 escalones del campanario de la SeuVella con la persona que más quiero y una vez arriba, en el cielo, ante la ciudad que nos ha visto nacer y tanto nos ha dado, hemos cerrado por fin el círculo. Ja sóc a mig camí de l’infinit.